LOS TRASTORNOS DE ALIMENTACIÓN VIENEN EN COLORES Y TEXTURAS

Los trastornos de alimentación son un problema muy común en los niños, pero muy pocas personas saben de qué realmente se trata. Según la revista National Institute of Mental Health, “un trastorno de la alimentación es una enfermedad que causa graves perturbaciones en su dieta diaria, tales como comer cantidades muy pequeñas o comer en exceso. Una persona que tiene un trastorno de la alimentación puede haber comenzado por comer pequeñas o grandes cantidades de comida, pero en algún momento el impulso de comer más o menos se disparó fuera de control”.
En los niños es muy común este patrón, y muchas veces, la causa de estos son porque los niños tienen problemas sensoriales para ver, oler y saborear los alimentos. El Programa Intensivo de Alimentación Sensorial Oral Motor (PIASO) trabaja específicamente con estos problemas en niños y jóvenes, mientras que, a su vez, orientan y entrenan a los padres para que puedan integrarse en un 100 por ciento en el tratamiento de sus hijos. Las Patólogas del Habla y Lenguaje, Ada González y Adalice González son las responsables de la creación de estos programas para la sanación de estos trastornos.
En los niños es muy común este patrón, y muchas veces, la causa de estos son porque los niños tienen problemas sensoriales para ver, oler y saborear los alimentos. El Programa Intensivo de Alimentación Sensorial Oral Motor (PIASO) trabaja específicamente con estos problemas en niños y jóvenes, mientras que, a su vez, orientan y entrenan a los padres para que puedan integrarse en un 100 por ciento en el tratamiento de sus hijos. Las Patólogas del Habla y Lenguaje, Ada González y Adalice González son las responsables de la creación de estos programas para la sanación de estos trastornos.

En un caso muy peculiar, y uno de sus primeros pacientes, lo fue un pequeño niño de cuatro años, a quien sus padres no encontraban la manera de alimentarlo de cosas que no fueran leche, cereales y cualquier otro alimento que no fuera de color brillante. Casualmente, el niño ni siquiera quería probar vegetales, frutas, carnes, cualquier alimento de color brillante u oscuro, simplemente era un berrinche descontrolado por parte del niño. Al sentirse que ya no podían trabajar más la situación, ambos padres deciden buscar orientación y ayuda, y no es hasta que llegan a PIASO que comienzan a entender los trastornos del niño.
Luego de meses intensivos de terapias, durante todos los sábados, poco a poco el niño comenzó a perderle el miedo a algunos alimentos como las frutas y algunos vegetales. Resultaba ser que el niño tenía una posición en contra de las texturas y colores de algunos alimentos, pues le causaban irritación. Por medio de mucha paciencia y la ayuda de los padres, las doctoras lograron trabajar las necesidades del niño para que el mismo le perdiera el miedo a los colores y la rabia que le daban.
“Fueron grandes momentos el poder ver que el paciente ya comenzaba a actuar diferente, cuando lo enfrentamos con alimentos coloridos. Ver las lágrimas de alegría en el rostro de su madre fue un momento en el que sentí un gran alivio, pues me di cuenta que todo lo trabajado estaba funcionando”, nos contó Ada. A veces como padres, sentimos que hay que regañar y obligar a los niños a comer, pero muchas veces no nos damos cuenta que la reacción del niño va mucho más allá de un simple berrinche. Es importante siempre conocer y reconocer cuando un niño o joven presenta indicadores, pues podría estar presentando síntomas de trastornos de alimentación severos," añadió la experta.
Redactado por: Melissa Brown
Luego de meses intensivos de terapias, durante todos los sábados, poco a poco el niño comenzó a perderle el miedo a algunos alimentos como las frutas y algunos vegetales. Resultaba ser que el niño tenía una posición en contra de las texturas y colores de algunos alimentos, pues le causaban irritación. Por medio de mucha paciencia y la ayuda de los padres, las doctoras lograron trabajar las necesidades del niño para que el mismo le perdiera el miedo a los colores y la rabia que le daban.
“Fueron grandes momentos el poder ver que el paciente ya comenzaba a actuar diferente, cuando lo enfrentamos con alimentos coloridos. Ver las lágrimas de alegría en el rostro de su madre fue un momento en el que sentí un gran alivio, pues me di cuenta que todo lo trabajado estaba funcionando”, nos contó Ada. A veces como padres, sentimos que hay que regañar y obligar a los niños a comer, pero muchas veces no nos damos cuenta que la reacción del niño va mucho más allá de un simple berrinche. Es importante siempre conocer y reconocer cuando un niño o joven presenta indicadores, pues podría estar presentando síntomas de trastornos de alimentación severos," añadió la experta.
Redactado por: Melissa Brown
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